Antes de sumergirnos por completo en el artículo, empecemos por el principio ¿qué es ser bilingüe? El bilingüe es aquella persona dotada de conocimientos acerca de más de una lengua, ya sea el castellano, el inglés, el alemán o el francés, entre otros. Esta persona tiene la capacidad de hablar, leer y escribir sin ningún tipo de problema y de una forma fluida, todos los idiomas por igual.
El orígen del bilingüismo en las aulas
Hace unos diez años, el Ministerio de Educación, junto al Instituto Británico British Council, decidieron implantar el Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras (AICLE). Es decir, presentaron un proyecto que constaba en incorporar en las aulas una metodología nueva a través de la cual, los estudiantes de primaria y secundaria aprendiesen contenidos a la vez que descubrían cómo comunicarse en una lengua extranjera. Por tanto, podrían aprender matemáticas a la vez que hablaban y aprendían el respectivo nuevo idioma.
Una vez presentada la propuesta, muchas escuelas recibieron con los brazos abiertos este proyecto, pero con el paso del tiempo, fueron casi noventa centros públicos los que abandonaron el programa del bilingüismo. Esto debido a que decían que los estudiantes, “no aprenden inglés ni aprenden contenidos”.
Esta fue la frase que creó tanta controversia, ya que, por una parte, teníamos las escuelas públicas diciendo que los alumnos al final no acababan de entender la asignatura correctamente ni el idioma extranjero tampoco. Pero muchos fueron los colegios internacionales que defendieron el proyecto del bilingüismo, ya que en estos centros especializados, a los niños desde pequeños, los sumergen en este mundo, el de la diversidad lingüística. Y finalmente estos niños acaban creciendo con un bilingüismo integrado y muy eficiente, por lo tanto, nos encontramos en el epicentro de un problema, sin entender de dónde proviene este.
Nuestra opinión, como academia de idiomas, sobre el “problema del bilingüismo en las aulas”
Cuando pensamos en frío y vemos que tenemos “dos bandos”, el uno que defiende, incluso con pruebas, la posibilidad de aprender lenguas extranjeras a la vez que estudiamos, y el otro, que afirma la imposibilidad de este hecho. Llegamos al punto de plantearnos el causante de todo esto, y hasta día de hoy todos los motivos giran en torno a esta hipótesis: “Los formadores no están preparados para impartir la asignatura en un idioma extranjero”.
Vamos a ver cuáles pueden ser los motivos por los que estos docentes aceptan realizar estas clases sin un control del idioma profesional y sin estar listos para ello.
- Por un tema político, es decir, asumir el cargo que les ha tocado e intentar solventar el “problema” de manera profesional y dando lo mejor de ellos.
- Acepta llevar a cabo una metodología, sin ser consciente del grado de dificultad que puede suponer a largo plazo. Creando así luego una frustración por parte del formador y haciéndoles creer a los alumnos que la responsabilidad es de ellos, cerrándose así en banda y usando como reproche la frase de “claro, como van a hablar en inglés, esto es muy difícil”…
- Por un plus en la remuneración económica mensual.
- O porque creen ser capaces de educar en un idioma con un título acreditativo B2 y aceptan el cargo sabiendo un mínimo de gramática y defendiéndose mínimamente en la lengua extranjera.
Como vemos en general, las ideas nos llevan a pensar que alguna de estas pueden ser las causas por las que los docentes eligen llevar a cabo este tipo de formación. Y por si aún nos quedaban dudas sobre si el problema son los maestros o los alumnos o la metodología bilingüe, nos surge la siguiente pregunta…
¿Por qué el bilingüismo en los hogares sí que funciona y en las escuelas no?
¿Por qué funcionan? Básicamente en el momento que el niño nace y crece en un ambiente bilingüe, los papás, las mamás o los tutores legales, envuelven al niño o la niña desde pequeño/a en este entorno y al crecer así se acostumbran a este. Por ejemplo, en Cataluña, en muchos hogares se puede hablar el catalán y en la escuela el niño habla, también a la perfección, el castellano, sin ningún tipo de inconveniente. Por lo tanto, de alguna forma, aquí encontramos otra posible solución y es la de implantar los idiomas extranjeros desde bien pequeños, etapa vital del aprendizaje y la memorización de las lenguas.
Como vemos hasta ahora, podríamos decir que la solución sería imponer este programa bilingüe desde P3, para que los niños/as desde temprana edad creen un desarrollo próspero en la lengua extranjera. Y a la vez, este segundo, tercer o cuarto idioma, tiene que ser enseñado por un profesional en el sector y no por un maestro que pueda presentar las anteriores actitudes, ya citadas.
Una vez hemos llegado hasta este punto, podemos seguir analizando para darle veracidad al fragmento anterior, viendo así si hay otros causantes de este supuesto “no aprendizaje” de los jóvenes. Es por ello que se decidió evaluar los conocimientos que habían obtenido estos alumnos, con un supuesto “bilingüismo disfuncional», y saber si esto es cierto o no.
Pruebas PISA, ¿qué son y cuáles fueron los resultados obtenidos?
Las pruebas PISA, o Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, es un informe realizado a nivel mundial, el cual mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencias y lectura. Para sorpresa de todas estas escuelas públicas que acabaron rechazando la propuesta, los resultados de estos informes decían que en cuanto a contenidos habían incluso mejorado un poco. Y en cuanto al idioma inglés, los alumnos que estaban en estos programas bilingües, habían obtenido un mayor conocimiento de este.
Por lo tanto, el problema reside en una mala percepción del formador, el cual no domina el idioma de una forma fluida como para impartir este idioma extranjero en el aula. Ya que como podemos ver en España, hay muchos estudios que demuestran que en el caso del inglés, el nivel es bastante bajo y que un formador imparta clases con un inglés con un B2 y no con un AVANCE o un nivel profesional nativo, no tiene sentido. Aparte de la poca formación que reciben lingüísticamente, muchos tampoco cuentan con las capacidades para enfrentarse en las aulas a los diversos tipos de alumnos. Como por ejemplo jóvenes con TDAH o dislexia, que no rinden por igual que sus compañeros, no porque no puedan, sino que los propios maestros no son capaces de adaptar el contenido a estos niños/as.
Lo que hacen también muchos padres o madres, al ver que su hijo no rinde en los idiomas, por culpa del sistema impuesto y por los propios formadores, es evitar apuntarlos a extraescolares de lenguas extranjeras, con el pretexto de “ahora que pueden practicar deportes que lo hagan, ya tendrá tiempo de aprender inglés”.
Conclusión del proyecto bilingüe, ¿sí o no?
Como ya hemos podido ver, la culpa no es en ningún momento del alumno/a, sino que recae más bien en los docentes que no están a la altura del nivel exigible en cuanto a idioma, que el proyecto se inicia algo más tarde de lo recomendado y que en ocasiones, no siempre, los padres no fomentan el aprendizaje. Todos estos factores son los que hacen que el niño no pueda aprender, al nivel bilingüe, el idioma, aunque como hemos visto este proyecto poco a poco, debido a su prematura inclusión en los centros, está obteniendo unos resultados muy prósperos.
Además, puedes recuperar nuestro podcast «Lo que me han ConTAU» número 8, donde hablamos del tema más a fondo.